La República Democrática Alemana -el Estado Alemán títere de la Unión Soviética- creó el Ministerio para la Seguridad del Estado -abreviadamente, Stasi-, para perseguir cualquier disidencia frente al Régimen Comunista. La Stasi tejió una red de agentes e informantes -delatores- que se extendía a barrios, Casas de vecinos, centros de trabajo, universidades e institutos. Todo era controlado. En muchos casos, los chivatos delataban, no sólo a vecinos o compañeros de trabajo, sino a padres, abuelos, tíos y hermanos.
Hace unos minutos, he visto en las Noticias de una Cadena de TV que, en Sevilla, ante el temor de cenas de Nochevieja que reúnan a más familiares de los permitidos, se ha preparado un amplio dispositivo telefónico para recibir los chivatazos de vecinos que sospechen que en su portal hay reuniones familiares que no respetan la restricción numérica. Y se ha invitado a los sevillanos a denunciar esas violaciones de las restricciones.
En muy poco tiempo, tendremos la Stasi del R78.
Pedro Pablo Peña.