Los patriotas traidores. Recuerdo un libro con ese título, Los Patriotas traidores, que recogía la aventura personal y colectiva, los Ideales y la lucha interna, psicológica, de miles de Voluntarios europeos, que, tras combatir heroicamente contra Alemania en las Filas de los Ejércitos de sus Naciones, se alistaron en las Legiones de Voluntarios y formaron parte de la Werhmacht y de la Waffen-SS, cuando comprendieron que la IIGM era una Guerra entre la Civilización Europea y el Materialismo -Capitalista o Comunista-. A partir de 1941, no se trataba de la Guerra entre Alemania y Francia, entre Alemania y Bélgica o entre Alemania y Dinamarca o con cualquier otra nación, sino de una Guerra Mundial, en la que Alemania era la rectora de la Civilización Europea. Y, en esa Guerra Global, había que elegir entre dos Bandos: la Europeidad -dirigida por Alemania- o el Materialismo -USA, Gran Bretaña, la URSS y los secuaces del Capitalismo y del Comunismo-. Esos Patriotas eligieron el Bando de la Europeidad. La derrota de Alemania y de la Europeidad les convirtió en ‘traidores’ a ojos de los Vencedores.
Uno de esos patriotas traidores fue Robert Brasillach, que, a partir de la entrevista entre Petain y Hitler, abrazó el Bando de Europa. Por ello, tras la Victoria Aliada, fue juzgado por la llamada Francia Libre, acusado de traición. Condenado a muerte, fue fusilado, en el fuerte de Montrouge, el 6 de febrero de 1945. Tenía 35 años. Pero, la muerte no ha borrado el legado de su inteligencia.
Pedro Pablo Peña.