El Ejército Rojo lanza la Operación Estrella Polar para romper el cerco de la Werhmacht sobre Leningrado.

A las 6:40 horas, 700 piezas de Artillería vomitan fuego sobre un frente de 5 kilómetros. Un disparo de cada pieza cada 10 segundos. Tres horas de ataque artillero. Tras el mismo, pasadas de la Aviación Soviética. Todo son cráteres. Convencido el Mando Soviético de haber aniquilado toda posibilidad de resistencia, lanza al ataque a cuatro Divisiones de Infantería, apoyadas por dos Regimientos Acorazados. Un total de 44.000 hombres. El ataque se lleva a cabo sobre el Sector que defiende la División Azul con 5.900 hombres. Los soviéticos no contaban con la bravura del soldado español. Tras feroces combates a lo largo de todo el día, a una temperatura de -25° C, el Ejército Rojo sólo consiguió avanzar tres kilómetros, que, en los días posteriores, fueron recuperados por contraataques españoles. El a14 de febrero, el Mando Soviético ordena a sus Divisiones retroceder y tomar posiciones defensivas. La Operación Estrella Polar había fracasado, y el Cerco de Leningrado perduraría un año más.

El coste para la División 250 del Heer -la División Española de Voluntarios- fue de 2.250 bajas, entre muertos, heridos y desaparecidos, el primer día de combates. A esas bajas se añadirían 1.000 más en los días siguientes y 300 prisioneros. Para el Ejército Rojo, Krasny Bor supuso 18.000 bajas.

Krasny Bor es la última gran hazaña del Ejército Español en una Guerra.

Pedro Pablo Peña.