El 11 de Noviembre de 2007, Josué Estébanez defendió su vida del ataque de una jauría humana. Para él, no hubo presunción de inocencia, ni el derecho a la legítima defensa, ni ecuanimidad e imparcialidad en los Medios de Comunicación. Hubo linchamiento mediático y judicial. Y, ahora, injusticia penitenciaria. 

Los hechos ocurridos, el 11 de noviembre de 2007, en el Metro de Madrid, supusieron para Josué Estébanez una condena de 26 años y nueve meses de prisión. Una pena superior a la de muchos atentados terroristas. Lleva catorce años de cumplimiento, más de la mitad de la condena. Pese a ello, no ha obtenido ni un solo beneficio penitenciario. Para él, parece no regir, ni la Ley Penitenciaria, ni el Reglamento Penitenciario, ni el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. 

Josué es un preso patriota. Su caso es la prueba palmaria de lo abyecto del R78 y que el Nacionalismo Revolucionario es el único pensamiento anti-Sistema. 

Pedro Pablo Peña.