La Fiscalía Provincial de Barcelona contra los Delitos de Odio y Discriminación ha formulado escrito de acusación, tras doce años de instrucción de la causa, contra Pedro Varela y cinco procesados más, miembros de la Junta Directiva de la Asociación Cultural EO.

La petición fiscal es de 12 años de prisión para Pedro Varela -la misma pena contemplada para un delito de homicidio doloso- y de 8 años de prisión para los otros cinco encausados.

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Los delitos que les imputa la Fiscalía de Odio -así debería llamarse, ya que vomita odio y discriminación contra los disidentes- es ‘Enaltecimiento, justificación y negación del Holocausto’, ‘enaltecimiento del III Reich’ e ‘incitación al odio contra judíos, musulmanes, asiáticos, inmigrantes y homosexuales’.

Los hechos del procedimiento se circunscriben a los años 2006 a 2016, es decir, tras la anterior condena sufrida por Pedro Varela. Y habrían sido cometidos, según la Fiscalía-Cheka, por la «difusión masiva de publicaciones supremacistas y a través de 260 conferencias». Es decir, vender libros y dar conferencias es un delito horrible en la Hezpaña del R78.

Las democracias occidentales son una falacia. Invocan un pensamiento elevado, que jamás han cumplido: «Discrepo de tus ideas, pero estoy dispuesto a morir para que puedas defenderlas». La realidad es la contraria: Si no te sometes al pensamiento único, te esperan la persecución, la cárcel, la muerte civil e, incluso, la muerte física.

He comprobado con dolor y con rabia que a algunos de «los nuestros» les importa un bledo la persecución contra Pedro Varela y «los nazis». Les recordaré el célebre poema anti-nazi del Pastor luterano Martin Niemoller -atribuido erróneamente a Bertold Brecht-: 

«Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, 
guardé silencio,
ya que no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, 
guardé silencio,
ya que no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, 
porque no era sindicalista.

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
ya que no era judío.

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.»

Si, ahora, dejamos que los Círculos Nacionalsocialistas sean pasto de la persecución, de la cárcel y de la muerte civil, sin respuesta alguna, mañana le tocará el turno al resto de círculos socialpatriotas: falangistas, franquistas, Derecha Nacional.

Pedro Pablo Peña.