Con frecuencia, me encuentro a gentes en nuestros Círculos, que exculpan a Británicos y Useños por su participación en la IIGM en el Bando Aliado. «Era su deber, estaban engañados, de haber sabido lo que se avecinaba tras la Victoria Aliada….» son las excusas más usadas. Pero, son inválidas. En 1938, Cien años después de la Batalla del Río de la Sangre, un afrikaner, Johannes van Rensburg, administrador del Estado Libre de Orange, funda el Ossewabrandwag, Movimiento nacionalista afrikaner, antibritánico, que propugna la creación de un Estado Afrikaner separado de la Unión Sudafricana, que estaba integrada en el Imperio Británico. Van Rensburg había viajado a Alemania en 1933, se había entrevistado con Hitler, Goering y otros Jerarcas de la Alemania nacionalsocialista y había quedado fascinado. De vuelta a Sudáfrica, impulsa la actividad para la creación de su Movimiento (1938), que alcanza las 350.000 afiliaciones. Un año después, al iniciarse la IIGM, los Nacionalistas del OB se oponen a la participación de Sudáfrica en la Guerra contra Alemania, desatan una campaña de propaganda antibritánica y pro-alemana y se lanzan a ataques de sabotaje contra el Gobierno Sudafricano por su apoyo a Gran Bretaña. Los ataques los llevan a cabo los militantes del Stormjaers, la Milicia del Movimiento -creada a semejanza de la SA-. Cientos de militantes de esa Milicia son encerrados en Campos de concentración o condenados a prisión. Uno de ellos, fue B.J. Vorster, quien, años más tarde (1966-1978), sería Primer Ministro de la Unión Sudafricana y uno de los más firmes defensores del Apartheid.
El ejemplo de lucha y la trayectoria humana y política de estos Nacionalistas Afrikaners deja en evidencia a los Patton, los James Stewart, los Kennedy. La Lucha por el Ideal tiene un precio. Hay quienes están dispuestos a pagarlo y hay otros que no.
Pedro Pablo Peña.