Tras la IIGM, se ha ido imponiendo, poco a poco, pero con mano de hierro, una nueva religión -de eso se trata-: la Religión del Pensamiento Único. Afirmo que se trata de una religión porque sus dogmas vienen dictados por un falso dios -los Centros de Poder, adoradores del Becerro de Oro- y son indiscutibles e inamovibles. El dogma central de la Nueva Religión Laica es el Holocausto, sobre el que no se admite investigación, análisis o cotejo de cifras. Para los devotos de la Nueva Religión, el Holocausto no es un hecho histórico controvertible sino una Verdad Revelada. Por eso, para imponerla, han tenido que recurrir a decretar la Muerte Civil -y la física, en algunos casos- de los historiadores que se han atrevido a cuestionarla, así como a formular la llamada doctrina del Discurso del Odio, que han conseguido introducir en los Códigos Penales de muchos Estados con el fin de criminalizar la disidencia. Muerte Civil, Prisión, Multas y pago de indemnizaciones son las penas a las que se enfrentan los últimos Hombres Libres de Occidente. Esa Verdad Revelada tiene que recurrir para imponerse, no a la solidez e irrebatibilidad de los datos, sino a unas Castas Políticas Títeres y a los Esbirros con Toga o con Placa.
Pedro Pablo Peña.